jueves, 7 de junio de 2012

Velo de oscuridad

El la zona más apartada de los rascacielos de la ciudad central de Coruscant se aparecía una explanada de duracero, acero, cemento, grúas, droides de trabajo, incansables e impensables. Una masa fría y uniforme que escupía otros rascacielos de humo hacia el cielo, como si la industria de la guerra quisiera unirse a la oscuridad del espacio para ennegrecer más el universo. Sobre el distrito industrial sobrevolaba una lanzadera T-a clase Lambda y aterrizaba elegantemente sobre la plataforma de aterrizaje de un edificio monótono y gris con forma de "Y" invertida.

"Un pasajero elegante requiere tal nave", pensó el Conde Dooku apreciando la belleza y sobriedad de las nuevas lanzaderas que fabricaban la república para sus altos cargos. De hecho, el Canciller de la República tenía el suyo propio.

Salió tranquilamente por la rampa de la lanzadera con los hombros cuadrados, firme y con mirada astuta. A todas horas pretendía demostrar a su maestro que era digno de ser su aprendiz. Darth Sidious era lo suficientemente poderoso, astuto, influyente y retorcido como para traer una nueva de era dorada a la República.

"La era del hombre", pensó Dooku sonriendo levemente al ver a su maestro en espera de recibirle.

-El lado oscuro ennegrece la visión de los jedis, mi maestro -saludó Dooku con una voz templada de barítonoa su maestro, como otras veces había ido a informarle a aquel remoto lugar de Coruscant.

Darth Sidious solo mostraba sus labios y ocasionalmente los dientes. La incipiente papada que mostraba su mentón bajo la capucha demostraba que el maestro tenía sus años, pero seguía siendo poderoso en el Lado Oscuro. De todas formas, Dooku conocía la verdadera identidad de su maestro.

-Bienvenido a casa, Lord Tyrannus- saludó su maestro comenzando a caminar, esperando que su discípulo se colocara a su lado.

Dooku no se hacía a la idea de su nuevo nombre Sith...sí, probablemente fuera un "tirano" de cara a la República, pero en el fondo no era más que un libertador de un sistema decadente de alienígenas.

-Las dos operaciones están resultando un éxito, mi Lord. La República tiene una muestra de la criatura supuestamente sagrada del sistema Alhana y si el planeta cae en nuestras manos, tendremos a la criatura en sí, que ha sobrevivido. La operación Devastador de Mundos está casi en funcionamiento.

Hizo una pausa, esperando un halago o una felicitación de su maestro oscuro, que no llegó.

-Mi señor...uno de sus jedis elegidos tuvo que ser aniquilado por estorbar demasiado en nuestros planes. Es posible que siga con vida.

Sidious giró levemente su rostro con curiosidad. ¿Había alguien tan independiente en la Orden Jedi como para darse cuenta?

-¿Está vivo?

-Viva, mi Lord. Y no, no lo creo. Solo sobrevivió otro jedi lo suficientemente ciego con su código jedi como para percibir nuestro plan. Y un técnico... no suponen ningún problema.

-Deja el "creo" para los jedis, mi querido aprendiz -interrumpió mientras volvía a caminar

-Es posible que fuera ella quien acabara con nuestra lacaya, la jedi abandonada de Damal, el maestro del otro Jedi Bothan...Nathan o algo así. No creo que fuera el otro Jedi, el asesinato de Lian Lee fue demasiado violento para un Jedi luminoso.

-Interesante... ¿cómo la mataron?

-Decapitada, señor.

A Sidious se le escapó un suspiro oscuro extasiado.

-Excelente...

Dooku interrumpió los pensamientos de Lord Sidious para continuar su informe.

- La operación en clave S.F. también avanza, esperamos la creación de muchos futuros inquisidores. La mayoría de mis lacayos jedis han cumplido con su cometido, sus sacrificios crean enormes sombras en la fuerza en los jedis luminosos.

-Excelente, Lord Tyrannus. Continúa con ese camino. Quiero que culmines la operación.

-Tengo algunos objetivos marcados, si me lo permite, mi Lord.

-Por supuesto. Quiero que te dirijas al sistema Rattatak, presiento que allí encontrarás el "equipo" disponible.

Dooku hizo una reverencia y con un golpe de su capa se dirigió a la lanzadera.

-Por cierto, Lord Tyrannus...quiero que Skywalker sea uno de sus objetivos.

-Señor- preguntó mas bien, pero se marchó sin querer contradecirle.

"¿Ese niñato mal criado? Poderoso en la Fuerza, pero ninguna disciplina." pensó Tyrannus contrariado mientras se iba.

Lord Sidious presentía que el lado oscuro de la Fuerza aumentaba. Dooku y sus lacayos lo habían hecho bien. Necesitaba más caídos para nublar la percepción de los Jedis... en cuanto a Alhana, ese trozo de roca apestoso, podía quedárselo la República. Ya había cumplido con parte de su cometido.

El lado oscuro lo oscurece todo...

1 comentario:

  1. La Fuerza es un poder demasiado grande para manipularlo, o para dejarse manipular

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